
Érase una vez un Deadpool. Es una reinterpretación ingeniosa y entretenida de "Deadpool 2", que se presenta como un homenaje-parodia a la icónica película de 1987, "La Princesa Prometida". ...
Érase una vez un Deadpool. Es una reinterpretación ingeniosa y entretenida de «Deadpool 2», que se presenta como un homenaje-parodia a la icónica película de 1987, «La Princesa Prometida».
Este marco narrativo establece una dinámica fresca que combina nostalgia con humor contemporáneo, creando una experiencia divertida para una audiencia amplia.
La película comienza aludiendo a la estructura clásica de «La Princesa Prometida», donde un abuelo cuenta cuentos a su nieto. Sin embargo, Deadpool lleva esta premisa a un nuevo nivel, interactuando de manera sarcástica y cómica con Savage.
La química entre ambos actores es palpable y se convierte en el motor que impulsa la narración. Los diálogos están repletos de referencias culturales y chistes metatextuales que no solo hacen reír a los fanáticos de la franquicia, sino que también añaden una capa de profundidad al relato, al tiempo que invitan a los espectadores a reflexionar sobre las convenciones del cine de superhéroes.
Una de las características más notables de «Érase una vez un Deadpool» es su adaptación a una calificación PG-13. La eliminación de la violencia gráfica y el lenguaje explícito que definieron las entregas anteriores podría decepcionar a algunos seguidores, pero la película logra mantener la esencia del personaje.
Las nuevas escenas, pensadas para enriquecer la narrativa, ofrecen momentos cómicos que hacen que la historia se sienta renovada y accesible para un público más joven. A pesar de las limitaciones de calificación, el humor irreverente de Deadpool brilla a través de diálogos ingeniosos y situaciones absurdas.
Visualmente, la dirección de David Leitch se mantiene sólida, ofreciendo secuencias de acción bien